sábado, 25 de julio de 2009

fotospañarathon 3


(recuerdo que sigue desde la entrada anterior, que esta después porque los blog son así)

Ya en el Círculo pago casi con gusto mi entradita, “sólo para ver las exposiciones; no, para la vista panorámica no, ¿cuánto cuesta?” “Sólo las exposiciones, 1 €” “¿y la visita panorámica?” “otro €” “bueno, sólo las exposiciones”; la misma conversación de todos los años y supongo que para ellos “otra vez la misma conversación”.

En la sala Goya una exposición del ruso de principios del s.XX Jindrich Styrsky (con un montón de signos de acentuación que me niego a buscar entre el teclado) y una buena colección de fotografías surrealistas que no es que no me guste, es que ya lo conocía, ví una exposición con más o menos las mismas fotos hace ya unos años no recuerdo donde (puede que en Arles). Lo malo de la fotografía histórica es que ya la has visto aunque no sepas donde y como a mí los nombres de los autores se me van a olvidar, prefiero ir a ver gente que hace todavía cosas y así puedo no haberlas visto.

Me subo a la sala Picasso para ver las fotografías de Patrick Faigenbaum, una especie de antológica, a pesar de ser la 4ª exposición que veo en la mañana, es la primera que encaja en el título genérico de fotospaña 09 que es “lo cotidiano”, fotografías de la vida normal, retratos de familia, gente de paseo, trabajando, vistas de ciudades, en la piscina, algunas fotos son de Barcelona. Yo aquí veo mucho y muy buen trabajo, mucho estudio y preparación, un estilo impecable. ¡Ah! Y un tamaño de fotos muy bueno.

En el sótano esta la sala Minerva, una sala pequeña, circular, donde alguna otra vez ya he visto video, esta vez también. Ahora es una proyección de un trabajo de ventitantos minutos de Zhao Liang (chino él). Pero ventitantos minutos son muchos para mi fotospañarathon, lo veré un poquito, me hago una idea y me marcho. La primera escena que veo es de unas personas alejándose por unas obras de una carretera, despacito y con mala luz, la cámara fija y una eternidad, ya sabemos que los artistas buenos hacen cosas raras. Esta es la última escena de la peli, en ese momento empieza de nuevo, una señora se levanta del asiento y yo ocupo su lugar y me dispongo a ver un poquito más antes de irme. La veo entera. Son escenas muy cortas de trabajo, violencia callejera, entretenimientos imposibles, con muy poco sonido; se te pegan las sensaciones, es duro, triste, muy real, poético, irónico, crítico.

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